UNA PLAYA EN EL LAVAMANOS
Sobre el limbo esmaltado del lavamanos he dejado vidrios romos, conchas, cantos indultados, pecios a medio erosionar. Diría él que la arena es lo que queda cuando el mar se esmera contra la materia a favor del tiempo. El lecho blanco aguarda un fragmento de eternidad, sal yodada, las gotas del grifo que no llegó a arreglar y la gravedad aplicando su presión intermitente, agua filtrándose por los años hasta formar una playa.
Poema dedicado a mi padre, escrito durante el proceso de duelo tras su muerte.

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