En el lado opuesto de tu silencio
Por si llegas, esperaré sin prisas. Esperaré callada, tal vez dormida. Tal vez inmóvil. Dejaré mi alma abierta y mi dolor cerrado. En el epicentro del silencio susurrarás las notas de nuestro andante de Schubert. El sfumato de mi estancia se rasgará como un velo cuando lo atraviese la luz oscura de tus ojos. No habrá palabras... Después, no sé, no sé qué pasará. Por si llegas. Pero, por si acaso no llegas, esperaré sin prisas, esperaré callada, tal vez dormida.

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