Al lado de mi soledad hay otra soledad que la acompaña, una que no arrastra ningún peso. Su asentada quietud no es la mía pero a veces, si yo no me alzo, es ella la que respira, y es tanta entonces su cercanía que ambas soledades son la misma.
Poema incluido en “A la sombra de un árbol invisible” (Editorial Puentepalo, 2022)

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