EL BAR DE LA GENTE SOLA

El bar de la gente sola 
es más proclive por la tarde. 
Como emigrados
se van posando los viejos 
al calor de las mesas, 
al asidero sin fin 
que los espera. 
Callan y beben 
con los ojos en exigua llama, 
la que resta después de tanto Tiempo ofendiendo 
que los puso donde habitan: 
en el balcón amplio 
de esta tarde con verano 
a donde vuelven tan conformes 
después del dolor y la memoria. 
Un viejo esputa 
y bebe güisqui tibio. 
La vieja ante el café de cada día 
vuelve a perder la voz 
que nunca hallara. 
Día tras día 
los celebra el bar de la gente sola, 
el sitio de las aves 
con todos los rumbos perdidos.

Luis Piernavieja Grau-Bassas

Tabaiba publicará un solo texto cada fin de semana. Así ofrecemos la posibilidad de leerlo con atención, de paladearlo. Si su lectura te sugiere algún comentario puedes escribirnos a revistatabaiba@gmail.com y se lo haremos llegar a la persona autora del texto.

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