ESPANTAPÁJAROS
Un extremo cansancio, el asco en el rostro, rancio aroma de andrajos. Opaca quietud que desespera las horas y aborta cualquier movimiento. Te cuesta respirar en el árido surco donde te escondes. Deshidratada la piel sobre hombros amorfos y brazos caídos, desencajado el gesto que aun cuando agoniza no acaba de morir. ¿Hasta cuándo seguirás espantando pájaros? ¿Hasta cuándo persiguiendo su vuelo?

Tabaiba publicará un solo texto cada fin de semana. Así ofrecemos la posibilidad de leerlo con atención, de paladearlo. Si su lectura te sugiere algún comentario puedes escribirnos a revistatabaiba@gmail.com y se lo haremos llegar a la persona autora del texto.